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miércoles, septiembre 14, 2005

De colores

Él, el que tantas vidas había llenado de colores, el anónimo que encendía la luz de los días oscuros de tantas personas.
Él, que pensaba que el mejor regalo para alguien era una sonrisa. Tanto que su sonrisa se convirtió en lo más bello que tenía, que la sonrisa de alguien, de un amigo, de un desconocido, era su misión al comenzar el día, su batalla ganada al llegar la noche.
Aquel del que nadie supo nada, que dio colores hasta cuando sus días eran grises. Dio tanto a cambio de una pequeña muestra de afecto…
Pero ese demonio siempre le persiguió, hasta el punto de no poder vivir sin él, de vivir siempre ausente por no saber huir, por no haber podido escapar de esa maldita soledad, que cada vez le hundía más, hasta llevarle a la peor de las miserias.
Nadie supo como entrar en su mundo, como atravesar aquella barrera que le separaba del mundo.
Sólo ella lo logró, sólo a ella se entregó, de dio todo, los colores más bellos que guardaba en su paleta, los momentos más hermosos que nadie había vivido.
Le dio su vida, sus ilusiones, se lo ofreció todo sin dudarlo un momento.
Creía que si así hacía lo bello no acabaría, no tendría límites. Incluso cogería tanta fuerza como para hacer temblar el mundo, como para hacer desaparecer a su demonio…
No había sentimiento más profundo que la felicidad que tenía, que el amor que sentía.
Hasta que sintió el dolor más desgarrador al perderla.
No supo salir de esa cárcel fría que desde ese momento le tiene preso.
Hoy yace en esa cama, herido, manteniendo vivo lo poco que tiene, el recuerdo de su sonrisa, de sus abrazos. Se estremece al recordar sus caricias, intenta revivir la sensación de su mano recorriéndole la espalda suavemente, mientras el puñal se clava cada vez más dentro, recordándole que esos momentos no volverán.
Su cabeza hundida en la almohada empapada de lágrimas, su cuerpo se funde con las sábanas blancas, porque sus colores se han perdido.
Su luz se apaga sutilmente con cada segundo que pasa.
Una extraña paz interior le invade.
Él no se resiste, ya nada importa.
Ya no hay lágrimas, ya no hay colores, ya no hay luz.

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Todo el mundo puede juntar letras y contar algo, pero muy pocos saben darle vida y sentimientos.

Me gusta mucho.-  


Por favor... el próximo que sea algo alegre vale?

La razón.-  


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