Mírame, que te estoy hablando

...es cuando más lejos te siento.

Etiquetas: En lo oscuro del alma

Inauguro esta sección porque quiero tener algo que me alegre la vista de vez en cuando en mi blog.
Mi corazón tiene huequito para dos tipos de amores platónicos, los de carne y hueso (presidida hoy día por Óscar, desde la desaparición misteriosa de Benja) y los demás.
Esta sección va para los segundos. Y la inauguro con... el hombre con el que algún día me voy a casar. Porque yo lo valgo.


Me encanta por la magia que tiene. Es como el rey Midas, todo lo que toca, lo hace mágico.
Obligatorio verle en Benny & Joon, Don Juan DeMarco y el resto de pelis que ha hecho.

Etiquetas: Mis amores platónicos

Hoy, en la ciudad, todos, absolutamente todos, se levantaron con granos de azúcar en los labios. Pero sólo se dieron cuenta los que al despertarse, se besaron.

Etiquetas: Cuentos

Hoy he borrado el sudoku de ayer. Estaba mal hecho. El hombre del saco quería “ayudarme” y demostrarme lo guay que era haciendo sudokus, porque él es supermegapro y los que yo hago son demasiado fáciles para él.
Hoy lo he hecho bien. Despacito. Pero pensando yo solita, porque es mi sudoku. ¿Qué derecho cree que tiene la gente para decidir un solo número de mi sudoku? ¿Cómo puede haber alguien que piense que puedo hacerlo mejor que yo, aún sabiendo que no es cosa suya? ¿Acaso creen que pueden pensar en mi lugar?
Puede que la niña tarde tres horas en descubrir un número, que necesite emborronarlo todo o que no consiga hacer uno bien hasta llegada la página 10. pero está en su derecho.

Al día me suelen decir al menos tres personas eso de “sabes que puedes contar conmigo”.
Teniendo en cuenta las estadísticas de Jelito sobre el nivel de gilipollez en la población humana (un 70% de las personas es gilipollas, aunque sinceramente, creo que se queda corto) y contando con que yo no lo soy, sólo me podría fiar de 3 de cada 9 personas con las que hablo a lo largo del día.
Con Jelito hablo todos los días y, aunque no sepa decir cosas bonitas y escuche la mierda de música esa, gilipollas no es.
Triskis, aunque se ponga nombre de comida de gato, tampoco.
Y Evo, ni de lejos lo es.
Son las tres personas con las que más hablo.
Si añadimos a mis padres (biológicos dos, adoptivos, alguno más) y el hecho de que no hay motivos para creerme especial y merecer estar rodeada de gente por encima de la media, estadísticamente, los resultados son bastante desalentadores.

Hace tiempo habría dado mi voto de confianza a las personas, habría buscado soluciones y la manera de mantener la confianza sin que nadie saliera perjudicado.
Después de pasarme casi dos años (auto)engañándome con una de las personas a las que más he apreciado y querido (dependiendo de la época), llevarme el desengaño de golpe y porrazo (mea culpa) y haber salido ilesa, no me lo pienso dos veces a la hora de dar media vuelta ante esas personas que:
- Me mienten.
- Se meten en mi vida sin contar conmigo.
- Se creen con derecho a tomar decisiones por mí.
- Piensan que me pueden engañar (ingenuos).
- Además de pensarlo, lo intentan.
- Me traicionan.
Estos casos se darán una sola vez, lo aseguro. En mi vida no necesito gente falsa, gente con dos caras, gente que va de lista o gente que se compadece de mí (si te doy pena, eres lo peor, ya que seguramente esté dominando la situación mejor que tú, delante de tus narices y sin que te des cuenta).
No voy a pedir a nadie que sea auténtico conmigo, pero si no lo eres, ten clara una cosa, en el momento menos pensado te daré la patada, o si no lo hago es porque me resultas útil.
No, no puedes contar conmigo para lo que quieras, porque si tú me utilizas, yo te utilizo, sin remordimientos.
Y sin acritud. ^_^
Soy consciente de que no todo el mundo es así, que aún queda gente honesta, gente capaz de decirme “sé que te estás comportando como una idiota, y no te entiendo, pero aún así me mantendré incondicional”. Esa gente sabe que te estás equivocando, pero no te lo va a decir si tú no les pides opinión.
Y esa gente será la que tendrá su mano tendida, incluso antes de que te des el batacazo, porque sabía que te lo ibas a dar, pero su respeto hacia tus decisiones es demasiado grande como para impedirlo y su incondicionalidad tan sincera que son incapaces de dejarte en el suelo.
Y sobre todo y lo más importante, no se sientan a tu lado en el suelo intentando ser los colegas enrollados y comprensivos que te escuchan y te aconsejan sobre la vida para que no vuelvas a caer, ellos hacen que te levantes, te quites el barro y vayáis de borrachera juntos, porque quieren lo mejor para ti, y lo mejor es aprender a equivocarse.

Creo que todos sabemos nuestra posición en la historia, así que cada uno se sitúe donde debe, quién deba cabrearse, que lo haga y quienes deban alegrarse, también (porque habrá afortunados que reciban lo mejor de mí).

Etiquetas: Vida de una bruja