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viernes, noviembre 09, 2007

Como perros y gatos

La gata está enamorada. Un día, al perro le dio por darle caza. Ella empezó a fijarse en él desde ese día. Al principio, no demasiado, porque se pasaba el día jugando con su ovillo de lana. La segunda vez que él intentó darle caza, ella acabó llena de babas de perro y corrió a su rincón a limpiarse bien, porque ella es muy coqueta.
Cuando consideró que estaba lo bastante limpia, volvió con su ovillo. Pero se dio cuenta de que el ovillo no era tan divertido, ni siquiera le daba lametones, ni motivos para enfadarse y correr a su rincón.
Se acercó silenciosamente al perro mientras éste jugaba con un hueso de juguete y, sin pensárselo dos veces, se lanzó a la caza de la cola del despistado can. El perro salgó del susto y tras unos segundos de incertidumbre, se movió unos metros por el salón y allí siguió mordisqueando su juguete.
La gata creyó que lo mejor era volver a su ovillo, pero cuando estaba al lado de la lana, vio que eso no tenía sentido.
Poco a poco, con inseguridad, se dirigió de nuevo hacia donde estaba el perro y se le quedó mirando miedosa.
Él, al notar la presencia de la gata, se levantó y se acercó hacia ella. Ella, con más seguridad, se restregó suavemente contra él, demostrándole su cariño, y él, a cambio, le devolvió el gesto con un lametón.

La gata quiere estar a todas horas con el perro, aunque él se pase largos ratos mordisqueando zapatos; a ella le gusta acurrucarse a su lado mientras juega.
A veces, cuando la gata siente miedo, o cuando se acuerda de otros perros y el estómago se le hace un nudo, le gusta que el perro le dé su calor y le diga que la quiere.

El perro es feliz con poco. Le gusta mirar a la gata mientras ella trastea y recordarle lo loca que está.
Él es pacífico, aunque a veces se lleve arañazos y mordiscos cuando a la gata le duele el corazón. Y es que a ella no le gusta que él siga pensando en aquella perra que le hirió hasta dejarle con una leve cojera y que no le muestre cuánto la quiere.

Pero a pesar de todo, nunca se separan, porque a ella se le apaga la brillante mirada cuando no le ve y él pasa frío las noches en las que no está con ella.

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es precioso nena, realmente eso mismo lo hemos sentido casi todos alguna vez.
no dejes que se te derrita el cerebro, y sigue deleitándonos con tus palabras.  


genial, como siempre, ¡sigue así!  


Feliiiiz cumpleeeeeee  


Precioso Donnie, soy Ninosk, al final me he animado ha hacerme un blog...

Ya nos veremos, como ha dicho Zith, sigue deleitándonos con tus palabras, saludos desde el sur de nuestra Iberia Sumergida!  


Espero que actualices, avisada quedas.

No seas vaga, anda.  


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