domingo, mayo 28, 2006
Love is in the air... (más reflexiones sin sentido de un domingo de resaca)
Otro finde sin pillar cacho, pero bueno, da igual.
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No es que se mueva el tren, es que se mueve el tren, las paredes, el suelo y todo. Eso, desde dentro del tren es normal, pero es que estoy en el andén.
Y es que son la 6 de la mañana y, o escribo, o me duermo. Y no es plan de dormirme en el Metro. Aunque no sería la primera vez.
¡Que me he enamorao! Y es que no sé que me da este chicho, además de unos chupitos que se chupan después de bebidos, y que suben que da gusto.
Pero bueno, hoy hemos estado en el Enter, que ahora se llama CBGB, y cada vez es más CBGB que Enter, porque cada vez tiene menos cosas del Enter y más del CBGB. Entre ellas, el dueño, que es un tío muy majo y nos ha invitado a unos chupitos azules muy ricos.
Iwi, sabes tan bien como yo, que si no llega a ser por Evo, te habría ganado en el pique a palmas.
Después al Oasis, donde nos hemos tomado más chupitos de nosequé. Pero bueno, eso da igual, porque yo de Benja me fío, que para algo es el amor de mi vida.
Amor platónico, dice Evo, pero ¿para qué quiero yo que mi amor sea platónico?
Bah, algún día se dará cuenta de que me quiere… y yo le esperaré.
Porque eso de tener novia siempre es reversible, y rectificar es de sabios.
Hablando de tíos buenos, heteros y con novia… Evo no me quiso presentar a uno que no está nada mal, y además me recuerda a cierta persona… la misma cara, la misma sonrisa, y porque llevaba la cabeza tapada, pero me jugaría lo que fuera a que también el mismo pelo, pero sobre todo, la misma mirada. Es curioso, pero siempre que lo veo pienso lo mismo y no le conozco de nada.
Bueno, después de algún que otro chupito más y un par de cervezas, nos fuimos del Oasis.
Estuvimos un ratillo haciendo el tonto (el tonto lo hacía yo, los demás creo que hablaban) con gente que no conocía de nada, pero que era muy maja.
Sobre todo, creo que se llamaban María (qué maja) y Margaret (qué chica más mona). Deben de pertenecer al 1% de las féminas que no han desarrollado esa habilidad innata de odiarme.
Un ratillo en la Jungla bailando (o algo así), babeando y pa casa.
¡Y me dio dos besos! Y tuvimos un amago de conversación así como:
- ¿Te vas?
- A ver…
- Pues nada, ya nos veremos.
- Eso espero.
Eso espero??? ¿Qué clase de respuesta es esa? Debí haber dicho otra cosa. O no. Quién sabe, si lo mismo ni me escuchó. Pero bueno, algún día abrirá los ojos.
6:30 de la mañana. Nada más salir del Metro, una polilla asquerosa revolotea en dirección a mí. Odio las polillas. Y las mariposas. Soy una persona que piensa que todos los seres vivos son fruto de la naturaleza y tienen derecho a vivir. Menos las mariposas y las polillas. Lo siento por vosotras, pero es así. Yo no fui la que os hizo tan horribles.
También me cruzo con una pareja de abuelillos. Y no tenían pinta de volver de ningún botellón. ¡Pero almas cándidas! ¡Dormid por las noches, vosotros que podéis, que ya habrá tiempo de pasear!
Llego a casa. Daría mi alma por algo comestible, que respondiera al nombre de “Croissant” o al de “Bolleríaengeneral”, pero por más que llamo no responde nadie. Acabo engullendo las dos únicas (qué gañanes son en mi casa, casi no me da tiempo ni a probarlas) palmeritas integrales que quedaban y un batido de fresa.
Subo a mi habitación y sólo me da tiempo a quitarme la ropa antes de caer en coma profundo.
A las 8 me despierta mi hermana para comprobar que estoy.
A las 8:30, que si tengo yo sus chanclas. Mis instintos asesinos tienden a infinito, pero mis instintos de marmota irremediable, ya son infinitos, y me quedo dormida.
Por la mañana otra vez al Metro.
Tengo enfrente a un chico con un transportín. Seguro que lleva algún gatito, qué mono.
En realidad hay más de uno, pero maúllan de una forma muy rara. No puedo verlo, las rendijas son muy estrechas. Sobresale una cosa entre los barrotes, muy extraña, me deja to loca. Puerta del Sur. Mi parada. Y la del chico. Se levanta y pasa por delante de mí. Puedo ver el interior de la caja… WTF!!! Eso… esa cosa de ahí… TIENE PICO!!!
Ojo, que yo no tengo nada en contra de las cosas con pico, pero la cara que se me quedó era para foto.
Línea 10, si hay algo que me guste menos que tener enfrente a unos bichos con pico y mirada asesina (os juro que la cosa esa me miró deseándome la muerte) es aun tío dormido al que se le cae la baba. ¡Literal! Puaaaj.
Hablando de babosos, Línea 7, entra un tío con gafas de sol, al que aún le debía de durar la borrachera.
Me he puesto en el primer vagón, porque no me gustan nada nada los asientos que están en grupos de 4, dos enfrente de otros dos. Son incomodísimos y puedes tener a un psicópata loco a menos de un metro de ti durante varias estaciones. Si se queda con tu cara, luego tendrá ganas de matarte.
Se sienta enfrente, me mira, sonríe.
Se aprovecha de la impunidad que le dan las gafas de sol para mirar descaradamente. No quiero mirarle, pero sé que él mira. El vagón está vacío, sólo hay 3 o 4 tíos y el babas.
Me bajo. Por fin.
Las 3:30 de la tarde y yo tirada en un banco de la calle por ahí perdida, garabateando hojas y más hojas de mi libreta de vaquita.
Hace calor.
Brindemos por las personas con menos sensibilidad que un estafilococo.
Mi blog es mío y me lo follo cuando quiero!
P.D.YMCA!!
P.D.2 Evo, tío, que me he enamorao!
P.D.3 Benja te quiero.
Y es que son la 6 de la mañana y, o escribo, o me duermo. Y no es plan de dormirme en el Metro. Aunque no sería la primera vez.
¡Que me he enamorao! Y es que no sé que me da este chicho, además de unos chupitos que se chupan después de bebidos, y que suben que da gusto.
Pero bueno, hoy hemos estado en el Enter, que ahora se llama CBGB, y cada vez es más CBGB que Enter, porque cada vez tiene menos cosas del Enter y más del CBGB. Entre ellas, el dueño, que es un tío muy majo y nos ha invitado a unos chupitos azules muy ricos.
Iwi, sabes tan bien como yo, que si no llega a ser por Evo, te habría ganado en el pique a palmas.
Después al Oasis, donde nos hemos tomado más chupitos de nosequé. Pero bueno, eso da igual, porque yo de Benja me fío, que para algo es el amor de mi vida.
Amor platónico, dice Evo, pero ¿para qué quiero yo que mi amor sea platónico?
Bah, algún día se dará cuenta de que me quiere… y yo le esperaré.
Porque eso de tener novia siempre es reversible, y rectificar es de sabios.
Hablando de tíos buenos, heteros y con novia… Evo no me quiso presentar a uno que no está nada mal, y además me recuerda a cierta persona… la misma cara, la misma sonrisa, y porque llevaba la cabeza tapada, pero me jugaría lo que fuera a que también el mismo pelo, pero sobre todo, la misma mirada. Es curioso, pero siempre que lo veo pienso lo mismo y no le conozco de nada.
Bueno, después de algún que otro chupito más y un par de cervezas, nos fuimos del Oasis.
Estuvimos un ratillo haciendo el tonto (el tonto lo hacía yo, los demás creo que hablaban) con gente que no conocía de nada, pero que era muy maja.
Sobre todo, creo que se llamaban María (qué maja) y Margaret (qué chica más mona). Deben de pertenecer al 1% de las féminas que no han desarrollado esa habilidad innata de odiarme.
Un ratillo en la Jungla bailando (o algo así), babeando y pa casa.
¡Y me dio dos besos! Y tuvimos un amago de conversación así como:
- ¿Te vas?
- A ver…
- Pues nada, ya nos veremos.
- Eso espero.
Eso espero??? ¿Qué clase de respuesta es esa? Debí haber dicho otra cosa. O no. Quién sabe, si lo mismo ni me escuchó. Pero bueno, algún día abrirá los ojos.
6:30 de la mañana. Nada más salir del Metro, una polilla asquerosa revolotea en dirección a mí. Odio las polillas. Y las mariposas. Soy una persona que piensa que todos los seres vivos son fruto de la naturaleza y tienen derecho a vivir. Menos las mariposas y las polillas. Lo siento por vosotras, pero es así. Yo no fui la que os hizo tan horribles.
También me cruzo con una pareja de abuelillos. Y no tenían pinta de volver de ningún botellón. ¡Pero almas cándidas! ¡Dormid por las noches, vosotros que podéis, que ya habrá tiempo de pasear!
Llego a casa. Daría mi alma por algo comestible, que respondiera al nombre de “Croissant” o al de “Bolleríaengeneral”, pero por más que llamo no responde nadie. Acabo engullendo las dos únicas (qué gañanes son en mi casa, casi no me da tiempo ni a probarlas) palmeritas integrales que quedaban y un batido de fresa.
Subo a mi habitación y sólo me da tiempo a quitarme la ropa antes de caer en coma profundo.
A las 8 me despierta mi hermana para comprobar que estoy.
A las 8:30, que si tengo yo sus chanclas. Mis instintos asesinos tienden a infinito, pero mis instintos de marmota irremediable, ya son infinitos, y me quedo dormida.
Por la mañana otra vez al Metro.
Tengo enfrente a un chico con un transportín. Seguro que lleva algún gatito, qué mono.
En realidad hay más de uno, pero maúllan de una forma muy rara. No puedo verlo, las rendijas son muy estrechas. Sobresale una cosa entre los barrotes, muy extraña, me deja to loca. Puerta del Sur. Mi parada. Y la del chico. Se levanta y pasa por delante de mí. Puedo ver el interior de la caja… WTF!!! Eso… esa cosa de ahí… TIENE PICO!!!
Ojo, que yo no tengo nada en contra de las cosas con pico, pero la cara que se me quedó era para foto.
Línea 10, si hay algo que me guste menos que tener enfrente a unos bichos con pico y mirada asesina (os juro que la cosa esa me miró deseándome la muerte) es aun tío dormido al que se le cae la baba. ¡Literal! Puaaaj.
Hablando de babosos, Línea 7, entra un tío con gafas de sol, al que aún le debía de durar la borrachera.
Me he puesto en el primer vagón, porque no me gustan nada nada los asientos que están en grupos de 4, dos enfrente de otros dos. Son incomodísimos y puedes tener a un psicópata loco a menos de un metro de ti durante varias estaciones. Si se queda con tu cara, luego tendrá ganas de matarte.
Se sienta enfrente, me mira, sonríe.
Se aprovecha de la impunidad que le dan las gafas de sol para mirar descaradamente. No quiero mirarle, pero sé que él mira. El vagón está vacío, sólo hay 3 o 4 tíos y el babas.
Me bajo. Por fin.
Las 3:30 de la tarde y yo tirada en un banco de la calle por ahí perdida, garabateando hojas y más hojas de mi libreta de vaquita.
Hace calor.
Brindemos por las personas con menos sensibilidad que un estafilococo.
Mi blog es mío y me lo follo cuando quiero!
P.D.YMCA!!
P.D.2 Evo, tío, que me he enamorao!
P.D.3 Benja te quiero.
Etiquetas: Paranoias
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