Mírame, que te estoy hablando

No sé qué es peor en Madrid, si ir en coche o ir andando. Que si “pasa”, que si “espera”, que te atropello, que mira por dónde vas…
Yendo a Callao, no puede faltar la visita a la Fnac.
No sé para qué me pido un chocolate en el Starbucks si al final me acaba sobrando la mitad. Voy a tirarlo.”¿Me das para un café caliente? ¡Mierda! Soy una mala persona.
El rinconcillo en el que normalmente se nos ofrece un rato de buena música está ocupado por el “Cartero oficial de SSMM los Reyes Magos”. ¿Pero quién se ha creído ese tipejo para quitarme mi música? Me voy.
Espera… ¡Mozart! Qué alivio, han encontrado un sitio un poco más abajo.
Entro en el Metro, línea 10. Una mujer que me casi-cuadriplica la edad, está a puntote llevarme por delante para que nadie le quite “su” sitio. A su lado, unos jóvenes “pelean” con otra señora mayor para que no vaya de pie. ¡Qué curioso!
No, señora, no la miro mal porque se haya comportado como un buitre por un asiento de Metro, simplemente, no me gusta su abrigo. ¿De cuántos cadáveres está compuesto?
¡Pero “buena” mujer! Si con todo el pellejo que le sobra en la cara podría haberse hecho su propio abrigo, ¡mucho más baratito!
Después dicen que la juventud está perdida…
Línea 12. Ofrezco mi sitio a un hombre bastante mayor. Me lo niega. Estoy demasiado cansada para discutir, me duelen las piernas y me espera un largo día. “Aprovecha la oportunidad, que esto no se ve todos los días” oigo decir a la mujer. Qué cosas.
Cuánto tiempo sin escuchar Marea.
Presiento un mal día.

Etiquetas: Vida de una bruja

Carta de Chotis a los Reyes Magos:

"Como sin duda ustedes recordarán, el pasado año fui un “deseado” regalo de Navidad que sus majestades situaron cariñosamente junto a los zapatos de un niño de unos siete años que fervientemente me había incluido en la carta que les envió, enumerando todos sus deseos de Navidad. La mañana del día 6 de enero todo fueron alegrías, mimos y juegos; tanto el pequeño como yo, éramos muy felices. Según pasaba el tiempo yo notaba que, aunque el niño seguía siendo el mismo, los padres se mostraban más impacientes ante mis travesuras y se iban cansando de mis necesidades de educación, cariño, cuidados y demás atenciones que yo, por lo visto, necesitaba. La situación se fue haciendo más confusa y, realmente sin saber muy bien cómo, me vi abandonado en una cuneta mientras mi familia se alejaba con el coche lleno de maletas."


Convenio de Colaboración adoptado entre los Reyes Magos y El Refugio:

- Que en Navidad son pedidos como regalo a los Reyes Magos cientos de animales de compañía, muchos de los cuales, son posteriormente abandonados.
- Que en las protectoras de animales, perreras y centros de protección animal municipales, viven miles de animales que fueron en su día abandonados, y que esperan ser adoptados y tener una nueva oportunidad con una familia definitiva.
- Que sus Reales Majestades de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar, únicamente accederán a dejar como regalo de Navidad un animal de compañía, en aquellos hogares en los que se hayan conocido y asumido las obligaciones y responsabilidades que conlleva su tenencia.
- Que la Real Casa Mágica de Oriente no comprará en ningún caso dichos animales sino que acudirá a protectoras de animales, perreras y centros de protección animal municipales, para proceder a su adopción en nombre de las familias responsables que hayan pedido dicho animal como regalo.
- Que la Real Casa Mágica de Oriente, para cumplir con los requisitos de tenencia sanitaria responsable, se compromete a que dichos animales estén identificados, vacunados y esterilizados.
- Que la asociación El Refugio realizará una labor de información y asesoramiento a aquellas familias que lo requieran con el fin de facilitarles al máximo una toma de decisión reflexionada, así como el cumplimiento de sus responsabilidades y su posterior adaptación en la convivencia con su nuevo y deseado amigo.


El artículo entero en El Refugio

Tal vez sea que estoy sensible, pero leyendo todo eso me han entrado ganas de llorar.
Que somos adultos, ¡cojones!

Etiquetas: Bichitos

(Escrito en el viaje de vuelta en AVE) el día 26 de Noviembre)


¡Qué guay! ¡Me voy a Gerona en un tren con camas! Queiluqueiluqueiluuu!
Pero… WTF ¿Qué es esto? ¿Se supone que tengo que subirme ahí arriba y pasar la noche ahí subida?
Bueno, ese es el principo de mi viaje por tierras catalanas, pero como no tengo mucho tiempo y el AVE tiene demasiado traqueteo, os resumiré algunas ocuriosidades del fin de semana:
- Si vas a Figueres en tren, cuando llegues a la estación, TODO el mundo te mirará como a un extraterrestre.
- No tienen Cola-Cao, tienen Cacaolat. A lo mejor piensan que el cacao en polvo es lo mismo que el batido de chocolate…
- Ir de Figueres a Barcelona (o a cualquier lado) es una ruina.
- Si bien el camino de Figueres a Barcelona apesta casi de continuo, al llegar a Barcelona se puede disfrutar de un maravilloso aroma a chicle de fresa (unos segundos más tarde verás la fábrica de Postres Royal.
- El Parque Güell hay que verlo de día, no tiene una maldita farola.
- Cada vez que me queje del Metro de Madrid, sólo tenéis que decirme tres palabras: “Metro de Barcelona”.
- Por un plato de paella más bien escaso te cobran 9,50 €, por una comida completa (y de cuestionable calidad) te quitan un riñón y parte del hígado, con el que después hacen helado.
- Dalí estaba muy loco, pero sigue siendo un genio.
- En el AVE te dan caramelos Gummy.
- En Barcelona por la noche hay que ir abrigados, aunque parezca que no hace frío.
- En Barcelona no tienen ni zorra de guiarte del punto A al punto B, aunque el punto B esté en la calle paralela al punto A (o eso o tienen muy mala leche).

Etiquetas: Vida de una bruja

Llegando del curro y sin poder hablar con nadie (manía que tiene la gente de salir los sábados cuando yo tengo que quedarme en casita >.<) me puse a leer blogs para pasar el rato. Y pasando de un blog a otro, acabé en otro que me recordó una canción de Sabina.
El caso es que la canción que el pone no la he escuchado, pero la que ponen en uno de sus comentarios sí, y me he puesto nostálgica y morriñosa (¿existirá esa palabra?) y me he dado cuenta de que por más que me empeñe en irme a vivir a mi pueblo de Asturias o que Barcelona me parece lo más de lo más (aunque Cacaolat sux), Madrid tiene eso que hace que las personas que lo pisan frecuentemente (o no tan frecuentemente como es mi caso) lo echen de menos.
Odio las mañanas de Madrid, entre el humo de los coches, el ruido y las prisas de la gente, pero de vez en cuando me gusta perderme por sus calles, ya que es una ciudad que te permite y encontrarte perderte sin ningún problema (porque vayas donde vayas siempre encontrarás una estación de Metro) y eso es algo que no todas las ciudades tienen.
Me gusta tirarme en el Retiro, sentarme en el jardín que hay enfrente del Palacio Real y charlar con algún desconocido que muy probablemente esté entrado en años y tenga que enseñarte cosas de esa sabiduría que, por mucho que leas, estudies y aprendas, sólo alcanzarás con el paso de los años, mientras tengo el privilegio de ser una de los pocos asistentes a un concierto de un cantautor no reconocido.
Pasear por Sol y poder observar encuentros y despedidas de gente de todo tipo y todas edades, amores y desamores, artistas callejeros, indigentes moribundos y prostitutas baratas.
Chueca, el barrio sin complejos, donde vayas como vayas, entres donde entres, nadie te mirará mal.
La línea 1 de Metro, que me incita a hacer cosas tan absurdas como pegar el careto al cristal para poder observar, entre Iglesia y Bilbao, ese lugar tan mágico como es la estación de Chamberí.
El museo del Prado y el Reina Sofía, donde pasaría horas y horas con la mirada clavada en algún cuadro.
Antón Martin, con su Molten Core (chiste que muy pocos entenderán, por no decir que sólo una persona lo hará, pero total, nadie me lee, así que da igual), Callao con sus frikazos, su Starbucks, su Fnac y su maravillosa orquesta de cuerda, y muchos otros rincones secretos donde, pese a las miradas extrañas de la gente que puede permitirse prestar atención a algo que no sean sus problemas, pueda sentarme a observar y escribir cosas que suelen acabar en algún cajón.
Madrid hay que saber disfrutarlo, sin prisas, sin monumentos, sin tiendas, saber observar más allá de sus calles de asfalto, saber oler lo que se esconde entre el humo de los coches y conocer esos sitios que, aunque pequeños, tienen su magia y hacen de Madrid ese sitio tan especial.

P.D. Lo encontré:
morriñoso, sa.
1. adj. Que tiene morriña.
2. adj. Raquítico, enteco.

P.D.2 Por cierto, aunque con retraso, ya pondré mi fin de semana por tierras catalanas, si me da tiempo (en realidad es si me da la gana) os pongo ahora el adelanto, que ya está escrito).

Etiquetas: Paranoias